Testigo de nuestra historia

Morella en la lejanía

Amanece. Morella se perfila en el horizonte. Aquí un jinete, dos podencos y el rescoldo de una hoguera que han mantenido viva durante la noche. 
Esta sugerente escena tuvo "la culpa" de que contactara con su autor Augusto Ferrer-Dalmau. Yo ya conocía algo de su obra, pero fue este óleo el que me dio la idea de pedirle que pintara un cuadro para mí.
Hace ya un par de meses que aceptó mi encargo, y aunque ni siquiera ha comenzado a trabajar en él, por otros motivos llevamos varios días de amena relación epistolar.
Para mí, ha sido todo un descubrimiento conocer su manera de pintar, que no se parece en nada a la de otros pintores que conozco. Además, no me podía ni imaginar lo concienzudamente que se documenta para conseguir recrear de un modo tan realista nuestra historia. 
Este hombre consigue ver con sus ojos lo que sólo se puede imaginar.