Geografía e historia de las exposiciones caninas

"La Globalización". Elsa Gillari. Instalación: madera, lona, papel y goma. 

La selección (en ocasiones sería más justo llamarla creación) de las razas caninas que están reconocidas hoy en día, se desarrolló principalmente a lo largo del siglo XIX. No fue hasta finales de ese siglo (1886 fue en año de la primera edición de Crufts, y 1887 el de Westminster) cuando empezaron a celebrarse las primeras exposiciones caninas. 
Durante la primera etapa, es en estos dos países (Inglaterra y los EEUU) donde, al principio de manera muy local, se empiezan a fundar los diferentes clubes y asociaciones y a convocar exposiciones. En el resto del mundo, la cosa sucede de manera prácticamente testimonial y con bastante retraso respecto a las dos potencias cinófilas. En este blog en su día ya publicamos, como pincelada, este ejemplo nacional.
Todos aquellos años, la prehistoria de las exposiciones caninas, los retratos de aquellos pioneros, se puede encontrar todo en la fabulosa Hutchinson Dog Encyiclopaedia.
Después, la segunda guerra mundial lo sacudió todo y provocó una década de parón. En Inglaterra, de la misma forma que había sucedido a principios del siglo XX, las exposiciones fueron renaciendo poco a poco. La gente quería volver a la normalidad, olvidar los horrores vividos. 
Ya sé que todo generalización tiene sus excepciones, pero para lo que aquí nos ocupa sería justo afirmar que el mundo de las exposiciones caninas hasta principios de la década de los 70´s fue inglés. Entonces, a finales de esa década, aparecen con fuerza los primeros "perros estrella" americanos, descendientes de sus importaciones inglesas pero nacidos en el país.
La sorpresa surgirá a finales de los 80´s, con la aparición en el panorama internacional de los escandinavos, el desembarco vikingo en el mundo del perro. Son pequeños criadores que hacen un máximo de 3 o 4 camadas al año, de una calidad excepcional. 
Al tiempo que esto sucede en Europa, en EEUU otra minoría comienza a destacar en sus exposiciones caninas, se instalan y comienzan a trabajar los primeros handlers mexicanos, cuya ambición y profesionalidad actuará como un potente revulsivo, obligando a una nueva vuelta de tuerca en cuanto al arreglo y la presentación de los perros.
Con la llegada del nuevo milenio, las cosas cambiaron por completo. Comenzaron a notarse los efectos de la globalización también en el mundo de las exposiciones caninas. Pero esa es otra historia.