Facebook y cortesía


Acabo de llegar a casa. Esta mañana he salido temprano porque tenía que ir a comprar un antibiótico. Hace muchos años que acudo a la misma tienda, son ya buenos amigos. Hoy al entrar, la propietaria estaba despidiéndose de un muchacho joven que llevaba un perro atado a la correa. 
- ¡Mira! Os voy a presentar. Ignacio, acércate por favor.... este es Guillermo, que ha empezado a criar perros hace poco. Ignacio es uno de los dos propietarios del afijo Nugabe, que además escriben un blog, no sé si lo conoces.
- Sí, lo descubrí la semana pasada. Encantado.
- Encantado igualmente.
- Pues me alegro de conocerte en persona. Mira, este es Rufus, lo importé a principio de 2010, ya tiene dos CAC.
- Muy majo
- Bueno, yo creo que es el mejor que hay en España. Alberto Velasco me dijo que le gustaba muchísimo.
- Ah!........ Mmmm.... ¿Lo ha visto Alberto?
-No, pero le mande una foto por facebook y me respondió que le gustaba. Tengo a Velasco en mi lista de amigos en facebook.
- Ya.....

Rapport de Rufus: Simpático perro con pedigree, perteneciente a una de las razas englobadas en los 10 grupos reconocidos por la F.C.I.

Yo sólo veo dos soluciones para que, desde éste momento, la cosa no vaya a más. La primera es que Alberto Velasco deje de pulsar el maldito icono de "Me gusta" de facebook (parece que hubiera dejado trabajando al "pájaro bebedor" de Homer Simpson).


La segunda es que algunos entiendan lo que es una fórmula de cortesía. Es algo a lo que la gente educada recurre cuando no quiere herir los sentimientos ajenos.
Los hechos y personajes de este relato son pura ficción. 
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.