Un trabajador honrado



No es frecuente encontrar buenas estampas de caza en la historia de la pintura. Supongo que la actividad cinegética es una disciplina mucho más fotográfica que pictórica. A lo largo de la historia de la humanidad, desde las pinturas rupestres en las cuevas cuaternarias de Altamira, hasta nuestros días, se han pintado infinitas escenas de caza. 
En mi opinión, el resultado casi siempre es decepcionante. Congelar el movimiento, detener la magia del instante más tenso, no debe ser, sin duda, tarea fácil para el pintor.
George Goodwin Kilburne (1839-1924) fue un pintor costumbrista inglés. Empezó en el oficio con quince años. Llegó a ser un reputado artesano del dibujo, la grabación, la ilustración y la pintura de su tiempo en Inglaterra. Fue un pintor absolutamente alejado de la afectación y la impostación del mundo del arte. Practicó sin ningún rubor la pintura alimenticia. Fue un trabajador honrado.