La tía Ussy

Lo bueno de tener una rottweiler, es que respondiendo a un extraño instinto, ellas siempre asumen el papel de maestras para cualquier cachorra que pasa por casa. Bea, nuestra anterior rottweiler, ya lo hacía. Ponía en ello todo su amor, una infinita paciencia y una entrega proverbiales.
Hoy Ussy ha comenzado también con su labor pedagógica. Es una gloria verla trabajar con sus alumnas en el aula. La lección de hoy era sobre la propiedad de un palo y la jerarquía.