Españoles de ayer y de siempre


Al profesor Ona ya se le ha pasado el enfado que le produjo la semblanza que escribí sobre él hace unos días en este Blog. Aprovechando el período de tregua, ayer me acerqué a su estudio y cogí prestada de su archivo una carpeta rotulada con el título de "Lobos y Loberos". 
Entre sus contenidos me encuentro con una joya, un cartel de la "Junta provincial de extinción de animales dañinos y protección a la caza de Teruel".
Estas Juntas Provinciales se crearon al amparo de un Decreto del Ministerio de Agricultura del 11 de agosto de 1953, y tenían por finalidad primordial "la organización, impulso y fomento por todos los medios posibles, de la persecución y exterminio de animales dañinos, hasta su total desaparición.....". ¡Sí, como lo oyen!. Una organización creada y financiada por las autoridades españolas, que a lo largo de más de una década, recompensó económicamente a alimañeros y personal voluntario por perseguir y destruir especies animales como: el lobo, zorro, jineta, gato montés, lince ibérico, águila real, búho real, culebras, lagartos, etc. 
Dejo para otro día el análisis pormenorizado del procedimiento de actuación de estos organismos (Tan sólo una pincelada sobre su repugnante eficacia: entre los años 1954 y 1962 mataron 1470 lobos y 1207 águilas reales).
Hoy, mis pensamientos mientras leía el cartel y el resto de la documentación iban hacia otro sitio. Pensaba en aquellos españoles que desempeñaron tan eficazmente su labor profesional al amparo de aquella disparatada legislación. Personas que no vacilaron ni por un momento, convencidos de lo acertado y conveniente de la tarea que desempeñaban durante su jornada laboral. La historia se construye con peones como esos, gente que jamás duda, creyentes en doctrinas y legislaciones. 
Aquellos españoles, son los padres o los abuelos de otros españoles: Éstos que hoy en día legislan o vigilan el cumplimiento estricto de absurdos decretos para/contra la protección de la naturaleza y los animales de compañía. Éstos que ahora se entregan a su tarea, con idéntico servilismo y la misma convicción que lo hicieron sus ancestros.
Sin dudar jamás.