Yo todavía aprendo


Me gusta la gente que sabe mirar. Los que ven y saben contarnos lo que ven. Me gusta la gente con la que sólo estando a su lado, viéndoles vivir, aprendo.
Viene esto a cuento, porque por una vez y sin que sirva de precedente, quiero publicar aquí algo que nada tiene que ver, de manera directa, con el mundo del perro. El otro día le pregunté a Santiago Sarasa por un libro que llevaba entre manos, quería saber su opinión acerca de lo que estaba leyendo. Ayer encontré en mi correo este mensaje:

¿QUIÉN ROMPIÓ LAS CADENAS DE MONTE LUPO?
He leído recientemente un pequeño ensayo que, por pequeño, no dejó de asombrarme y hacerme valorar que lo menudo muchas veces supera las obras faraónicas de autores consagrados.
“¿Quién rompió las cadenas de Monte Lupo?” es uno de esos libros que siempre quedan en la memoria y ayudan a comprender mejor la realidad actual. Su autor Carlo María Cipolla, no demasiado conocido en España, está a la altura de ensayistas como Jovellanos, Larra o Clarín. Aglutina “la agonía del cristianismo” de Unamuno y la simplicidad irónica de Maeztu o Pidal….Hacer fácil lo difícil es todo un arte y Cipolla te transporta a la Toscana del XVII, en medio de una epidemia de peste con la lucha ente el poder político de los Médici y la Iglesia tradicional como telón de fondo. En definitiva, la lucha de los dos poderes que han urdido la realidad histórica de Europa, desde Grecia hasta la actualidad.
La peste y sus consecuencias sumergen al lector en los miasmas, vapores y pegajosidad del mal.
Todo un propósito que el autor consigue sin complicaciones y con esa amenidad de los autores con una pluma ágil, fresca y nada solemne, pero sí culta e informada.
Sólo autores sin pretensiones han sido capaces de hacerse un hueco en la Historia y este…es uno de ellos.
Santiago Ignacio Sarasa 

¡¡Ole,ole y ole!!