Clerimán


Cuenta mi admirado Buñuel en sus memorias, que iba paseando un amanecer con Dalí por la Gran Via de Madrid, cuando observaron que por la acera contraria caminaba un sacerdote vestido de clerimán: "(...) ante tamaña provocación...".
Hoy he visto a dos chicos paseando a un carlino. Debían de tener unos quince años, nada especial... ¿o sí? Cuando yo era adolescente jamás me hubiera atrevido a salir a la calle con un carlino. Pero además, si lo hubiera hecho, ante tamaña provocación me habría ganado una buena paliza propinada por cualquier espontáneo.
Ahora están de moda los carlinos y los bulldog francés, ayer estaban los retriever. A lo largo de mi vida he visto las más diversas razas subir su popularidad como la espuma. Nunca he sido capaz de analizar cuáles son las causas de estos ascensos y descensos, ni mucho menos de anticipar cuál será el próximo éxito de ventas.
Me resulta un enigma indescifrable ¿por qué a principios de la década de los 80´s tantas familias españolas vieron perturbado su descanso adquiriendo (a un precio que hasta en la actualidad nos parecería desorbitado) cualquier tipo de perro nórdico? ¿y qué decir de esos otros que arriesgando incluso su integridad física decidieron ser propietarios de un cocker spaniel? ¿y de los west highland yellow terrier? ¿y aquellos desgraciados chow-chow que paseaban por Sevilla o Zaragoza a mediodía en julio y agosto? etc. 
Indescifrable, ya les digo.